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lunes, 8 de mayo de 2023

Cine con valores (4)

 


 

Minamata

 

Nota: este post contiene anticipaciones de la trama

 

   El guión de este film, que pertenece al cine testimonial, se basa en el libro escrito por los reales protagonistas de la historia, el  fotógrafo Gene Smith y su joven esposa de origen japonés, quienes estuvieron en el Japón al inicio de los años setenta del siglo pasado. Allí, en un pueblo costero, había estallado un grave conflicto entre gran parte de los habitantes y una fábrica de productos químicos asentada en el lugar, la cual al echar residuos al agua que contenían grandes cantidades de mercurio venía provocando, debido al envenenamiento y desde décadas atrás, gravísimas enfermedades e incluso la muerte en la población.  Y el problema era muy difícil de solucionar ya que la mayoría de esos habitantes eran empleados y/o accionistas de la compañía, cuyo moderno hospital los trataba de las dolencias que la misma empresa generaba, aunque no quería reconocerlo.

  Johnny Deep personifica a Gene Smith, un idealista muy consciente de la influencia que el testimonio mediante imágenes puede tener. Y el film comienza en New York, en 1971. Gene vive solo en su departamento y  todo indica una gran crisis en su vida: separado, no ve a sus hijos, tiene problemas económicos, problemas de salud, y como veremos a lo largo del film, es un fuerte bebedor de alcohol. El encuentro con la joven Aileen le da nuevos incentivos para seguir viviendo y es ella la que le habla de lo que sucede en Minamata.

   Gene consigue que el director de la revista Life, para la cual trabaja, lo envíe al Japón para documentar lo que sucede en esa pequeña ciudad, ubicada entre las montañas y el mar.  Inicialmente se hospedan en casa de unos amigos japoneses, cuya hija mayor nació ya con la enfermedad (si la madre ingiere el mercurio este no afecta a la madre embarazada sino al feto). Pero al preguntar Gene si puede fotografiar a la enferma, el padre se niega.  Todo hace suponer que para los japoneses algo así crea incomodidad, es una intrusión en su privacidad, y Gene tendrá que lidiar con ese obstáculo para obtener fotografias que sean impactantes.

    Después de rechazar un intento de soborno por parte del presidente de la empresa (una enorme suma de dinero), a Gene le incendian el lugar donde tiene su cuarto oscuro.

   El líder de las protestas (un extraordinario actor japonés) también recibe crecientes agresiones, y en una ocasión en que está hablándole a un pequeño grupo, Gene le pide que le traduzca lo que va a decir.  Y lo que le dice a la gente es que una imagen vale más que mil palabras, que él ha ido allí para ayudar pero también necesita que ellos lo ayuden, permitiéndole pasar un tiempo en sus casas, con sus familias,  para ser fotografiados con el mayor cuidado  y respeto. Lentamente, con timidez, casi todos van levantando la mano… 

  En un día clave para la lucha, Gene es salvajemente golpeado y va a parar al hospital. Con un ojo y un brazo vendados ve con temor que se acerca alguien: es un japonés que le pide perdón y le entrega un abultado sobre, que pronto sabremos que son los negativos robados durante la quema del cuarto oscuro. Entonces Gene se levanta de la cama del hospital, probablemente animado al recibir esos negativos, y acompañado por su esposa empieza a visitar las casas de los enfermos y a continuar con su trabajo.

   La primer foto que saca  es a la amiga de ellos, mientras baña a su hija discapacitada en un baño tradicional japonés, dentro de una enorme tina.  Esta foto, impresionante y conmovedora,  es una de las más famosas de Gene Smith, se llama “Tomoko y su madre en el baño” y está considerada como una de las fotos más importantes en la historia del periodismo gráfico.

  Finalmente, las fotos son publicadas por la revista Life y recorren el mundo entero.  Y el presidente de la fábrica (quien había dicho que no podían pagar las indemnizaciones que los activistas pedían) después de ver las fotos les dice a sus asistentes que tendrán que pagar. El testimonio periodístico  resultó ser decisivo. Y por lo general es así: la fuerza del periodismo (el cuarto poder) para influir en los acontecimientos es de sobra conocida.

   El film se cierra con imágenes de otros muy conocidos desastres ambientales, como el envenenamiento por mercurio en Indonesia, los desastres  atómicos de Chernobyl y Fukushima, la contaminación por parte de la minería a cielo abierto, la terrible tragedia por emisiones de gas en Bhopal (India) y varios otros accidentes contaminantes en distintos lugares del planeta. 

  Creo que es muy importante que se hagan películas así, porque aunque ya muchos sabemos lo que ha pasado y sigue pasando en relación a este asunto, un film es arte y el arte no es sólo información. Cuando algo que es información es transmitido mediante una obra de arte, como una buena película o una buena novela, esa obra no solamente nos informa, sino que  también nos  conmueve, nos toca y afecta de alguna manera, nos hace más conscientes. Y todo eso puede tener consecuencias, llevándonos hacia nuevas y diferentes direcciones en nuestras vidas y en nuestro accionar en relación a la sociedad  y el planeta.